El concierto de Calle 13, es el concierto más
impresionante e importante al que hay asistido alguna vez. Compre la taquilla
por internet justo el día que declararon donde iba ser el concierto y que las
taquillas estaban disponibles. La organización estuvo perfecta, desde el tapón
de los carros, siempre se mantuvo en movimiento. Nos estacionamos en Miramar, y
desde allí caminamos cruzando el Centro de Convenciones, para llegar a la cita.
Había entradas por donde quiera, sin mucho revolú, entramos cómodos. Al entrar,
y ver lo lleno que estaba ese espacio gigantesco, nos dimos cuentas de que el
plan de mantenernos alejados estilito picnic no era posible, no era posible
mantenernos alejados, solo había un lugar posible, junto a la multitud. Por ahí
se dice que fueron 25,000 personas, pero yo hubiera jurado que fueron 30,000. Le
dije a mi corrillo, “este es uno de los pocos momentos donde somos mucho.”
La tarima estaba todo en negro, sin cortinas tontas que hubiera puesto Marc Anthony, sin las fuentes y piezas de escenografía que sobraran. Solo equipo, y cuatro pantallas gigantes, que definitivamente hacían falta.
Cuando el concierto empezó, a eso de las 10:30, un helicóptero empezó a rondar la multitud. Me daba envidia, tenía que ser hermosa la imagen que presenciaba, ese mar de gente saludándolos. Entonces empezó el concierto, con imágenes de policías, helicópteros y lucha social en las pantallas. Las luces se encendieron de pronto, con la canción Vamos a portarnos mal. El público se emociono tanto al ver por fin, después de tanta espera a la Calle 13. Un corrillo detrás de mí, empezó a gritar tira la alarma, y uno de ellos levanto la cabeza haciendo el sonido exacto, perfecto, de una alarma de policía. Eso me impresiono. Yo por mi parte, solo gritaba, “llegaste! llegaste!”
El equipo de sonido, tenía que haber hecho un trabajo exquisito, por que el audio a todo momento sonó impecable.
Definitivamente uno de los puntos culminantes fue el knock out que le dio a Santini peor que el de Paquiao. Todo empezó, con el hombre de los platos, que Residente lo llamo, el mejor del mundo” poniendo una entrevista que le hiciera La Comay, al alcalde sacao en las últimas elecciones. Justo los dos que tanto lo jodieron cuando él estaba lejos. En la entrevista lo llamaban charlatán, y una vergüenza. Pero el “el mejor del mundo” que definitivamente el talento le salía por los poros, empezó a mezclar los sonidos hasta que logro que la Comay en tiempo perfecto hiciera juego de voces con el ex alcalde a ritmo con la música del Visitante y un corillo de músicos increíbles diciendo, “Fuera Santini, Fuera Santini” entonces empezó Residente con “Digo lo que pienso.” Mientras la cantaba estaba en la pantalla de atrás un video muy conocido en You Tube, del Santini pasando una tecatia con los ojos bien locos. JAJAJAJAJAJ.
“te voy a hacer famoso, pero por periquero”
El concierto siguió bumpiandome a mí y al corillo. Entre las letras del Residente, la música del Visitante y la magia y gracia de la PG-13. (Wow, yo quiero conocerla!!!)
Momento importantísimo cuando René, invita
a tarima a Carlos Muñiz, hijo de una víctima de asesinato policial como tantas
historias en mi país. Pero a este no lo conocía, pero Calle 13 se lo presento
al mundo, “Carlos Muñiz, ahí está Puerto Rico, y en las cámaras el Mundo,
habla”
Y hablo, con un acento raro, pero hablo, y
le tiro al “Querido FBI” el reclamo de justicia, por el asesinato de su padre,
Carlos Muñiz, la libertad de Oscar López, y el dolor inmenso cuando nos mataron
al “viejo” Filiberto Ojeda Ríos. Algunos levantamos los puños.
Entre los invitados, también conto un niño de algunos 12 años de la Barriada Morales que hablo con gracia y coquetería al público, muy tranquilo, con sus comentarios jocosos nos recordó lo importante que es llevar educación a las Comunidades Especiales y que el gobierno “no truquee con los chavos de nosotros”
También René, le recordó a la
administración nueva, que estaban en Paz, pero que él quería más escuelas y la
Universidad de Puerto Rico gratis, así que, los Populares se prevengan antes de
que cojan el balde de agua que se tiran por las ventanas de la Calle 13. Quizás
por este comentario no subió a tarima Carmen Yulin. JEJEJE
Cuando salió Rubén Blades por esa tarima, el público se quería morir, vi mujeres que estuvieron a punto de sacarse las tetas. Es verdad que se perdió un poco, al principio pero que más da, quizás ni habían ensayado. Luego cayó como solo él sabe. Qué clase de tipo. La que sufrió un poco fue Lucecita, aunque ni tanto, el público la respeta tanto como Voz Nacional, que en verdad, tú no podías pensar en más nadie, que cantara esa canción acá, “Latinoamérica”. Quizás lo que debieron hacer, es dejarla cantar sola sin la ayuda de Pg-13, y yo estoy seguro que músicos de ese calibre podían sin ningún problema haber caído en el ritmo de ella, en vez de ella tener que caer en de ellos, pero que más da, ese soy yo, que termine aplaudiendo y gritando igual de la emoción, igual que los otros que le dieron el aplauso que se merecía. Un público que jamás hubiera ido si fuera su concierto, pero Calle 13, nos enseña todo.
Entre los malos comportamiento solo vi uno. Me pisaron tres veces, y las tres veces me pidieron disculpas como si fuéramos mejores amigos, tu mirabas alrededor, y no veías a nadie al que se le pudiera tener miedo, éramos amigos, todos amigos, con ganas de ver lo que otro amigo había aprendido alrededor del mundo, como me dijo alguien en Colombia, “eres de la tierra que vio al profeta nacer.” En un momento alguien tiro un vaso a la multitud, de los que yo vi, así que entre 25,000 un solo morón, nos deja con 24,999 personas que podrían hacer un gran papel en las próximas elecciones.
Vi a una mujer caer con una pálida, muy
cerca de mí y una muchacha cualquiera (muy linda con sus espejuelos de pasta)
dono una botella de agua y un tipo con muchas, muchas pantallas trajo más agua
y vaso con hielo. Y revivieron a una mujer que no conocían, que abrió los ojos
con sorpresa para decir, “ahí está Tego!” se levanto y siguió la fiesta de
locos. Con los raperos, que ya no riman
por rimar, como personas que ya aprendieron a volar, y no tratan de
impresionarnos con lo rápido y alto que vuelan si no dé a donde llegan,
volando.
Fue un momento histórico, y yo estuve allí, junto a tantos locos, que se han dicho así mismo locos, por tener ideas diferentes a las que con las que nos criaron, estábamos todos locos, y contentos porque sabíamos que ante todo el resto que nos sacaba de esta ciudad y este país, en verdad, somos los únicos locos de todos los locos, que no estamos locos.
Calle 13, gracias por dejar ver al mundo que no somos GRINGOS, ni REGUETONEROS, que somos un país que piensa, por que se auto educo, y los tenemos para expresarnos, para elevarnos y sí, estoy calmado, como tu pueblo, porque aquí están ustedes, que fueron muy bien criados, por padres y madres que le enseñaron lo mismo que me enseñaron a mí, “el que no quiere a su Patria, no quiere a su madre.”
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