Pues que se yo. Como si te dieran un tiro en una pierna. Te sientes impotente. Y quien puede con la madre naturaleza? Y no es ella. Al menos eso parece. Porque aqui huele a embuste y carne podrida. Ta muy raro. Ni siquiera sabemos cuantos muertos y con cuantas manos estamos contando. La comida no llega y no me exploten las vesiculas con los platos de fon que estan repartiendo. Se dan medallas por pancake viejo, syrup y una lasca de queso. Y es una diaria. Aqui hay hambre y no es broma. No hay chavos, ni ideas nuevas que vayan conforme a esta parte del problema. Eso no es todo. No estamos quedando solos. Solo queda una brasa para parecer un pueblo fantasma. Pero quedan risas. Asi somos. Como cancion que no sabe que se esta acabando. Que como se siente? Como si no fuera cierto. Como si fuese una pesadilla de la que no se ha despertado. Porque esto es una zona de guerra que no fue declarada. Porque esto es un exterminio de una plaga sobre un terreno devaluado.
Cuando era un nene chiquito mi mama cantaba una canción que decía algo así como, que una mama no se cansa de esperar. Una madre no se cansa de esperar. ¿Esperar que? No lo entendía en ese momento. Hace 5 o 8 años, quizás 10, fui a casa de mi abuelita Gloria. A comer, a bañarme en su ducha de agua súper caliente y a empolvarme con su talco dentro de una media. Cuando salí, del baño ya olía a pollo guisado y arroz con salchicha, antes de servirme en la mesa, (porque así es como se come en su casa. Uno se sienta derechito en la mesa, y ella poco a poco te va llenando la mesa con manjares criollos) me arrastro al segundo cuarto de la casa y me mostro que tenía una cama grande en el. Me gusto la cama, le dije que se veía bonito, y me distraje un poco pensando en cómo crio ella a dos hijos varones, y una linda muchachita en una casa de dos cuartos. Entonces fui a la mesa a disfrutar, a masajear mi paladar, a recibir besos de Dios en el estomago, y le dije algo como, "oye una cama ...
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