Esperando que anuncien la zona 5 para que nos permitan abordar, que al final, es todo el mundo, veo que los empleados estan midiendo los equipajes de mano para cobrarles de mas a la entrada. Eso me causa ansiedad, tengo una mochila de hiking con muchas as bajo la manga pero se que como la porto en la espalda no encaja en el modelo de metal que tienen en la clavada. Asi que me acomodo de 3/4 y camino hasta la boleteria como un cangrejo escondiendo las palancas. No quiero hacer papelones ni pagar ni un centavo de mas ya que planeo que me sobre algo de dinero para ir a ver Superman con mis hijas en uno de esos cines al otro lado del charco que sale una millonada. Le doy el boleto y camino hacia el pasillo ese con forma de gusano que se expande y se recoge como una morena en el arrecife y se pega al avion de un mordisco. Y escucho lo que mas temia... "Noel, vamos a medir tu equipaje."
A mi que se me marcan todos los gestos como si fuese una playa de verano dejo notar mi molestia y todos en la fila se vuelven audiencia.
Tomo un aire y pienso, jugada B-4 Alfil contra la torre. Abro la mochila y me pongo la primera camisa, vest de frio y jacket de lluvia. Cuellera al cuello, audifonos en la cabeza y unos calzoncillos en la mariconera. Entonces escucho, alguien se aguanta una risa espontanea. Miro de donde vino, y veo que me cambia la mirada. No fue una descortesia, ella no queria arruinarme la jugada pareciendo que me mofaba de la aerolinea.
Procedo a la segunda parte peon contra la linea se convierte en Reina. La jugada; la bolsa de la tienda libre de impuesto que venden dentro del aeropuerto. Cuando se viaja en mochila es bueno tener las cosas en una bolsa, no cuentan como equipaje y menos si es una bolsa de tienda de aeropuerto. Asi puedes sacar muchas cosas en un solo movimiento.
Con la bolsa bajo el brazo, y casi sin poderme moverme como un hombre de nieve. Escucho que el empleado les dice a la fila, "pueden seguir moviendose no tienen que medir su equipaje si no los he llamado." Ahi fue que me di cuenta de que boricuas siendo boricuas se habian salido de la fila para mirarme en circulo pero tambien creando una barrera que no permitia a los empleados ver lo que estaba pasando.
Ahi fue que puse mi mochila en el molde de la empresa. Sono contra el metal como sonaria una mochila vacia... y me volteo para encontrarme con la mirada del empleado. Pero tambien esa ojeada me permitio ver los rostros de esos curiosos cómplices del momento, esas caras de sorpresa tratando de suprimir la risa.
El empleado acaba de mandar a otro muchacho detras de mi para que midiera su saco. Llevaba unas de esas carteras gigantes que parecen una version de cartera de mano femenina... creo que si digo Gucci mas o menos da la idea. La venia aplastando contra el pecho y vi sus ojos de vaca cagona y le digo en murmuro "ponte todo lo que lleves dentro."
Ahi el empleado me mira y ve que mi mochila cabía y le sobraba espacio en el molde ese que parece para amarrar caballos. Y me mira un poco de reojo como quien no quiere la cosa... el no tiene tiempo pa bregar con todo esto y me hace señal con la mano para que aborde el avion como si nada hubiera pasado. Yo le doy las gracias y el publico se reprime su aplauso.
Ya en la barriga de morena re seteo mi mochila y me siento en mi silla que por cierto era una del medio y la tenia una mexicana que evidentemente queria estar con su amiga. "Hablas español?"-le pregunte. "Si" -me dijo. "Cual es tu silla?" Ella empezo a disimular la confusion y yo maestro de teatro que me se toda las caras le dije, "te pregunto, porque a mi me da igual, para sentarme en la tuya." Ahi me dijo que justo la de atras... y para mi perfecto porque hacia esquina.
Ya sentado veo que el muchacho con cartera gigante venia caminado como el Hombre de Hojalata por el Camino Dorado. Veo que llevaba un sueter que no tenia y que evidentemente habia ganado peso. Lo miro con sonrisa complice y El se fija en mi pero no me contesta la sonrisa, en cambio me levanta el dedo de pulgar a modo de gracias.
Cuando llegamos por fin en el trensito que nos cruza en el terminal ya en Orlando un grupo de rubios se pararon justo al lado mio con esos gorritos de Pierrots. Y pues, en estos tiempos se me hace horrendo los simbolos que permiten cualquier masacre. Y me entra una rabia y decido darle la espalda. Poco a poco veo como van ocupandome mi espacio y yo quedo pegado a la ventana.
Cuando el tren llega me volteo con un movimiento rapido y mi mochila le da un batazo a uno de esos personajes de comedia del arte y lo empuja como bola de boliche contra los otros. No fue una chuza pero casi casi, speare. Aparenteme mi mochila si esta bien grande y pesada.
Sigo caminado rapido como si hubiese sido un accidente y cuando cruzo me los encuentro creo que se fueron por el otro lado y el camino se les hizo mas corto. A la verdad que estos si son mas inteligentes. Cuando me cruzan por el frente acomodandose la chaqueta y mirandome a los ojos. Yo practique la cara de mexicana confusa que recien habia aprendido unas horas antes y lo segui de largo.
Afuera mientras esperaba el abrazo de mis hijas, de esos que se dan desde lejos estirando los brazos y con un aceleron en el paso, me da un sentimiento de culpa. No todos los que sean parte de un movimiento estan de acuerdo con los crimenes que se hagan con ese fundamento. Y me dio un apreton de verguenza. Todos podemos ser malos cuando vemos la justificacion de hacerlo.
Ahi recuerdo una frase atribuida al diario de Ana Frank, -hay algunos ... que son buenos... de esos... nos ocupamos luego.
#storysnotselfies
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