Yo soy tan real
como pude serlo.
Si fuera un poco mas
no sería cierto.
Yo no soy un producto.
Yo no poso,
no finjo,
no digo
lo que quieren oír.
Así no me busco
la carrera.
Nunca le pase la mano
a los profesores
para que me escogieran
en sus piñas.
Yo no soy un producto,
ni que un producto.
Yo soy una fábrica de productos,
y sigo siendo invisible
detrás de la máscara salada
evaporada del arte
de mis lágrimas.
Yo hago bombas de chicle
con el arte en mi boca.
Nunca aprendí
a hacerme el pendejo
para evitar la vergüenza
del otro,
ni por mi mismo bien
manterme callado.
Nada de recortitos parejos
ni push up por las tardes.
Mi cuerpo no es el bling
bling
que me guindo del cuello.
Nunca quise llegar
a donde mi talento
no me había invitado.
Yo son tan real
como me lo dice el espejo.
¿A quién le importaría
lo que digo
si ni yo mismo me lo creo?
Nunca he sido
el mejor amigo
de mis colegas,
como los corruptos
no se juntan
con los honestos,
es malo para el negocio
un artista
al que no le interesa
la farándula.
Aquí hay solo una regla;
se hace arte
verdadero,
o no se hace nada.
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