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Mostrando entradas de enero, 2013

A mis compañeros técnicos; Barco de Piedra

“Barco de piedra,” no hay mejor referencia. Barco de piedra es lo que es el teatro. Una nave gigantesca navegada por marineros celosos de su barco, aventureros, camaradas. La cámara más elegante de la que cuelga la lámpara épica, cortinas de lujo, hermosos acabados de madera. Escondiendo pasillos, puentes de tubos, sótanos de foso, donde caben orquestas como esclavos remando cuando no sopla  el viento. Astas de varas donde caben velas de montañas, grandes ciudades sujetadas por la fuerza de un buen nudo. Entender al viento, reconocer los faros, dominar las cuerdas, sobrevivir con poco son los talentos del marinero por lo tanto, del teatrero.

Mirar a mi país, es mirar al vacio

A mi historia le dieron delete, me la robaron dejaron en su lugar un libro de cuentos de hadas. Secuestraron los héroes y los rellenaron con el Príncipe Charming. Hicieron de mi café un negocio extranjero y fundaron “The sugar company.” Hicieron de pillos a los macheteros y me hicieron creer que el 4 de julio era el día de mi independencia, que el cielo no se puede tapar con las manos pero si con el azul obscuro. Mi país no se cree país, ni se cree gente. Me hicieron pensar que sembrar era doblar el lomo, que comprar era mejor que vender, que vender era para comprar. Allanaron con órdenes firmadas nuestra educación, quemaron mis libros. Ahora no sé nada, ni siquiera se porque no sé. Mi futuro poco importa, solo sobrevivir al presente. A mí me dijeron que la última la paga el diablo, quizás se referían a los norte americanos. Como un secreto a voces o canciones de trovadores me inculcaron que

Real

  Yo soy tan real como pude serlo. Si fuera un poco mas no sería cierto. Yo no soy un producto. Yo no poso, no finjo, no digo lo que quieren oír. Así no me busco la carrera. Nunca le pase la mano a los profesores para que me escogieran en sus piñas. Yo no soy un producto, ni que un producto. Yo soy una fábrica de productos, y sigo siendo invisible detrás de la máscara salada evaporada del arte de mis lágrimas. Yo hago bombas de chicle con el arte en mi boca. Nunca aprendí a hacerme el pendejo para evitar la vergüenza del otro, ni por mi mismo bien manterme callado. Nada de recortitos parejos ni push up por las tardes.  Mi cuerpo no es el bling bling que me guindo del cuello. Nunca quise llegar a donde mi talento no me había invitado. Yo son tan real como me lo dice el espejo. ¿A quién le importaría lo que digo si ni yo mismo me lo creo? Nunca he sido el mejor amigo  de mis coleg

La Tristeza

Una represa en la garganta, ver todo borroso con las pestañas enrejándote los ojos. Nada te interesa, nada te divierte, nada te lleva un poco de luz a la cabeza. Es ser una coma, después de cualquier cosa. Tener la cara muerta, tener en las pupilas una inclinación de 45 grados hacia abajo. Se te pasa el día con un solo pensamiento. A veces lloras, a veces paras, a veces vuelves a empezar. El aire entra y sale solito, el único sonido es el dolor en el pecho. Nada te lo quita, con nada se cura, puedes vivir con ella igual que el sida.

A Violeta Parra

Violeta Parra Ella tenía la palabra en el diafragma, la melodía en sus manos. Su arte era su causa, su folklore su arma y el comunismo su guitarra. Sus canciones la pasearon por Paris, sus esculturas de alambres por el Louvre. Se fue al cielo Rosita, para el norte Run Run, la dejo con pena y olor a ron. La gran carpa estuvo vacía, ni Víctor Jara la lleno. La lleno ella misma un día, con la sangre derramada alrededor, ultimo público que aplaudía su última composición. Una bala hacia la puerta de salida. La vida perdonaba su abandono, se iba sin ser mal agradecida, se apartaron como buenas amigas que quedan en paz.

¿Cómo te explico?

¿Dónde está mi alma si no encuentro la tuya? ¿Hacia dónde voy si no estás en el camino si al final de este pedaleo… no encuentro tus brazos…? ¿De qué me vale? ¿Para qué sirvo? ¿Qué protejo abajo de mi sombra? Si no te cargo… ¿qué hago con mis manos? Si no te beso… ¿qué hago con mis labios? Si no te toco la nariz… ¿por qué aún digo pip-pip? ¿Cómo te explico que te quiero en casa hacerte desayuno en las mañanas (pero la justicia se concentra en decir que estás mejor con tu mamá…) y que papá te extraña, escribe poemas con el alma desconsolada por no darte un beso, mientras te acomoda las sábanas? ¿Cómo te explico que mis derechos solo cubren algunos fines de semana y que el resto de los días se me pierden… … en la nada? ¿Cómo te explico?