Con mis dedos torpes

Tengo un pana profetizando por las plazas. Café y cigarrillos. Tiene mil secretos  codificados en versos. La coraza no mantiene sus ideas dentro. El exterior no penetra  su coraza. Aveces anda descalzo, Aveces usa bandana. Se viste de su filosofía  sin respetar reglas. Tiene una de esas locuras encantadoras de oidos. Algunos le llaman poeta, otros maestro. Yo lo llamo compadre, cómplice y socio. En fin... la compañía perfecta  para sobrevivir  mientras navegamos los infiernos de Dantes.

Ayer saque un trauma a pasear. Lo vestí con mis mejores ropas. Le hice un peinado de lo más mono. Llegó el momento de presentárselo a mis amigos. Algunos no lo entendieron, lo criticaron con tono de burla. En cambio otros con tan solo mirarlo valoraron su presencia. No le di importancia. Fui con mi trauma a comer algo. Quedo impresionado con el vuelo de las palomas. Lo llevé a mi árbol favorito. Mientras le contaba la leyenda de que allí colgaban las brujas. Soltó dos lagrimas. Como si conociera del dolor de ser sacrificado. De camino a casa me pregunto; -¿Volveremos a salir?- No supe contestarle. Aunque mi trauma se portó como todo un niño bueno. Ni hizo escandalos, ni le recriminó a nadie su pasado. No se si vuelva a sacarlo. A los poetas no sale caro llevar a la audiencia el trauma equivocado.

Si mis manos están sobre tu espalda, mi pecho debajo de tu cachete, no te conformas y pides una silla dentro de mi cabeza? Te equivocas! No ando como si estuviera solo. Ando como quien anda consigo mismo. La aventura de mi vida cuenta con un solo protagonista. Una sola voz sin callar en esta coraza. No me lo pidas! Aunque lo hagas creeme, no quieres escucharla. Mil veces he tratado de a mordazarla... pero es más fuerte que yo. Me ha destruido, enterrado y resucitado, todo a su antojo. Prohibido! Mi cabeza esta fuera de tus límites. Entiéndelo de una vez. Ese ni siquiera soy yo de todas maneras. El día de mi nacimiento nacieron tres seres. Uno preguntó: Por que? El otro busco aire y el tercero estaba tan molesto por haber nacido que nunca me lo perdono. Entre el cuestionamiento de la existencia, los deseos de no ser un ser y la lucha a la supervivencia se forma un triángulo de un yo acariciandote la espalda. Así ha sido...