Con mis dedos torpes

Me gusta Vega Baja, sus grillos, sus gallos, sus colmados de esquina y sus caballos. Es imposible que no saliera artista cuando herede los versos de El Caribe. Es Vega Baja un pueblo humilde y con mucho piquete. Tenemos fama  de esplayaos y de contar nuestras vidas apenas conocernos. Es imposible  que no saliera artista cuando tenemos dos teatros y fuimos el paisaje de Linda Sara. Hace no mucho hicieron una carretera muy grande partiendonos por el medio que invita al local al área metro y al extranjero  a seguir de largo. Así que no todos conocen la Laguna de Tortuguero ni la Peña asesina que retan los chamacos todos los días. Es imposible que no supiera nadar cuando fui criado bajo el sol en la arena. Mi pueblo es pequeño porque así lo quiere. No queremos a extraños  en la Cueva del Indio. Y ante Dios nos confesamos que dejo un Ojo en el Agua. Es imposible  que no amara mi patria cuando mi calle se llama Oscar Collazo. Bastón de la economía en tiempos de cañas. Cultura en la plaza, ar

 La única Esperanza que tengo siempre está enojada conmigo. La mas chiquita solo habla inglés. Eso si es un duro castigo. Hay cosas de mi que espero que ellas nunca sepan. Cosas con las que he tenido que hacer las pases  otras con las que tuve que perdonarme. Para ellas soy un sillón, una alfombra  aveces solo para secarse los pies otras para volar sobre Roma.  Ambas ya saben  son más inteligentes que yo. No puedo esperar que sean grande y empiecen a darme órdenes. Me gusta ser ese padre del que nada conocen. Van descubriendome como un cuento por partes. No se si soy un buen padre  pero le ganó por mucho al mio. Quizás nunca me comprendan y algún día me traigan nietas con nuevas lenguas. Seré ese viejo cascarrabias  que habla con fantasmas dejando una vida entera en un revolu de libretas. Dejaré así este poema, sin final sugerido. Deben estar por llegar las nenas de la escuela. Metamorfosis! Sillón!

 Tu, que no sabes nada logras herirme siempre que puedes. Tu,  tan tu, que tienes las trampas más tontas cual abusivo de sexto grado logras pezcarme como te parece para ofrecerme de carnada a peses más grande. Puñeta Tu,  que tienes dos dedos de frente  de la mano inocente  de un niño de seis años logras que vaya a encerrarme lamiendo mis heridas. Nunca llegare a entenderlo. Si generalmente mi mirada  esta enfocada tan lejos; como puede hacerme daño algo tan cercano? Como si se me hubiera trabado el "excusado". Tengo que seguir chupando,  y chupando para destapar la cañería  de mierda en mi cabeza. Es como si te quisiera. Como cuando amas a tu primo drogadicto  y no puedes perdonarte  no hacer lo suficiente. Esta hemorragia te la dedico a ti. Es mi manera de sangrar todos los meses.

La luciérnaga habitante del balcón en tus ojos me lanzó una guiñada mientras mirabas la tele. Eso causó un temblor en la cornisa sacudiendo la vieja caverna telaraña  en la comisura de mi sonrisa. Tus dedos titereteados por el calamar que mora tus nudillos le hizo cosquillas con tentáculos a mi pez payaso del pulgar. Cuando me reí del chiste tonto  del tonto que sale en la tele  se despertó el dormilon toro  que se cobija en mi rodilla  embistiendo a echarte la patita. Y la enredadera de tus caderas se pego a mis costillas  dejando un enjambre de parchas  para la canasta de abejas. Mis pájaros hicieron nidos  en la corteza de tus ramas. Tus ramas arroparon con sombra la luz violeta de la tele. Las orugas en caída libre desde nuestros párpados par volar en sueños como las mariposas.  Tu y yo no dijimos nada, solo rugian las bestias  que invernan en nuestras gargantas dos gigantes dormidos  sobre una corcha de playas. En la ausencia de nuestras mentes  nuestras cuerpos siempre hacen fies