Con mis dedos torpes

No sé, como marcharme para la selva. Salir del cemento, de verdad, no me interesan sus pubs, ni sus cervezas. No me interesan sus clases matutinas, ni sus yoga, ni programas radiales. No quiero darle paso a los Mercedes por temor a chocar terminar pagando aunque sean ellos los negligentes, ni temblar cada vez que oigo un pito. Detesto los olores insultantes de la basura, y los códigos de etiquetas. No quiero vivir cazando aire acondicionado, ni buscando un spot por donde se asome mi Luna, entre los edificios. Quiero vivir al aire libre, donde el viento fluya como Dios quiere en esta isla caribeña. Quiero deberme para un árbol, poder caminar descalzo, vestir telas perfumadas al sereno. Quiero beber agua de lluvia, cuidar la dieta de mis presas, sembrar mis hierbas, producir con mis manos lo que mi boca consuma. Quiero al Sol como despertador, y como lo que e

Nosotros queremos correr bici, retar a la AMA de parada en parada, bajar a la laguna o seguirlo pa’ piñones. Encadenar la bici y refrescarnos lanzándonos del puente los hermanos. Pasarle a los carros que esperan luces verdes, dominar aquella cuesta que me dejo sin aire. Brincar el lomo de la acera o esquivar el roto cabron que me dejo sin goma por no soltar la cerveza. Sacarle la lengua a la muerte cuando sobreviva al próximo choque con la doña que pisa el acelerador sin mirar pal’ frente. Lo que queremos es ser el motor que nos mueva, sentir nuestras piernas a la velocidad que viento nos zumba en las orejas. Pararnos a mitad de camino pa’ comer frituras. A Dio'… nosotros no somos atletas, nosotros no corremos en licra ni levantando el culo. Nosotros corremos porque odiamos la gasolina, y nos gusta merecernos el sitio donde llegamos. Nos gusta ver una mountain cuando parte una &

Ruedas de moda se enyuntan de froyo en froyo. Con sus lucecitas intermitentes vuelan en corillo como los cucubanos.   No le hacen daño a nadie, solo se exponen ellos mismos flotando ecológicamente. Los miércoles parecen plaga, cada cual anda en su viaje. En algún momento se enlazan como hilos de lana bordados por la aguja de mi abuela. Déjenlos que corran y cédanle el paso. Quizás estén janguiando, quizás salen del trabajo. A la vez le hacen culto al templo que les guarda el corazón en el pecho. A la vez se limpian la conciencia con la paz que trae hacer algo por el planeta. Si no me crees, estaciona esa mierda, te voy a enseñar una ruta nueva, juro que veras cosas que nunca has visto, porque las delicias en los detalles del camino se pierden al ritmo de las estúpidas bocinas.

I La verdad es una cinta gigantesca que alguien corto en pedazos. Ahora vuelan por el mundo, dispersas, algunas se enredaron entre telarañas, otras se incrustaron entre las piedras. He hecho algunos nudos con algunos pedazos que en el camino he ido encontrando. Los llevo como bandera a plena vista para cualquiera. No como otros, que lo esconden junto a sus reliquias llamándose a sí mismos, portadores y guardianes de la verdad. II Tengo hermanos jurándose  nunca haberla visto, jurando sin miedo. Pero decir que la verdad no existe es como decir que el agua no se evapora y vuela por el cielo; que la Luna llena no puntea los tejados en los hongos; que las abejas no cargan el 95% de la polinización y que no están desapareciendo. III La verdad absoluta no tiene derecho a ser relativa. Todo tiene su patrón eso ya me lo enseño el coach hace tiempo. Así es, no es invento d