Con mis dedos torpes

Hay un eclipse poniéndose en otro horizonte. Yo, poeta sin fronteras me robo el paisaje para hacerme el cuento de la sirenas. Su pelo mojado es como la marea. El Viento anuncia una tormenta, no quiero encallarme. Su nariz es el mascaron de proa que soñé para mi barco. Una escultura así enaltecería esta goleta salvaje. Hay una flor salada que brilla roció, la claridad afina su figura, su silueta es una isla. Esta si que tiene encanto. Este marinero de barbas blancas anda a la deriva. Que me piquen las medusas, si no es la ninfa marina mas hermosa que he visto. Puedo entonar mil canciones bajo ese sol picante y sin agua ardiente. Si ella supiera que vengo con bandera blanca. Pero soy la envida del agua que no respeta los perímetros. Es tan delicada, que me da miedo tocarla con estos dedos torpes. Yo que me paso trenzando cuerdas, no sabría que hacer con hilos de seda. Estoy delirando por una Atabey de espaldas, si se volteara hasta Yemaya se pondría celosa. Las diosas siempre so

Tal vez, mi destino es no vivir tanto. Y la poesía fue sola la patineta mas barata que encontré para moverme en la ciudad. Se que muchos pensaron distinto. Pero sobre lo que pensaron deberán escribir ellos, pues su voz narrativa no me habla. Yo tampoco escucho. Es difícil dejar de pensar en mi obra, la que escribo solo cuando estoy muy aburrido. Es como esas canciones molestosas que no te puedes quitar de la cabeza, pero nunca es la misma letra. Si se me hacia difícil seguir la voz del maestro, peor era mi propia idea. Hay que estar muy pendiente, por que de perderte, mensaje perdido. Cuando joven, cometí el error de creerme mi personaje. El Personaje por ser mi anti ego estaba muy bien construido. Me quitaba la mascara con tal facilidad, que mis amigos no eran míos, eran del Personaje. Y el Personaje, no quería tener amigos. Así que cuando quedaba desnudo, quería amigos, y ellos al no diferenciar una de otra, no querían conmigo. Hago luces, audio y tramoya en algun