No puedo dormir
no esta noche,
en esta tengo sonidos
rompiendo el silencio.
Tic tac de aburrimientos
en la misma noche
que recibe bombas
en Palestina.
Hay rezos también
saliendo a to trueno
de castañuelasos
de miles de caballo
en una sola garganta
de mujer.
Esta noche
no es como otras,
en esta tengo grabada
imágenes de niños destrozados,
niños imitando padres
desaparecidos
bajo pilas de piedras
con menos honor
que un John Doe.
¿Dónde está la prensa?
¿Las naciones unidas?
¿Cómo esto pasa
si el que da los chavos
no deja de sonreírme
con su presidente bueno
por el facebook?
No me digan que es mentira,
ni el ayahuasca
trata de sensibilizarme,
solo trata ella…
ese no es el tema.
La verdad es
que si fuera posible,
si tuviera un chance
a ser aceptable
la teoría de que Hitler
lo supiese
porque al fin
y al cabo
es material para un nuevo testamento
la trilogía, “The reality”
desde el holocausto judío
hasta la exterminación de Gaza.
No es sorpresa
que sean dueños
de todos los bancos
y tengan el legado
de cada peseta que se gasta.
No no no,
yo no quiero ser estado,
hoy quiero ser mago
al menos por esta noche
hacerme invisible
volar para el bosque
a contemplar a los valientes
a la intemperie,
unirme a sus voces
haciendo el sonido
del Sol y la Luna,
tan alto
tan hermoso,
tan lejos
que nadie oye.
Yo sí que no soy un santo,
quiero pecar,
defenderme como imperfecto
pero no puedo llegar
a entender
como mi isla quiere ser estado
del país que paga
las bombas
que arrancan las piernitas
y las manitos
de los niños que son bellos
aun
después de calcinados.
Esta
noche
no
puedo dormir
estoy
en vela
desde
mi propia comodidad,
hoy
soy uno más
que
no tiene nada que contar.
Me
da vergüenza,
se
me cae la cara de vergüenza.
Esta
noche
abandono
mi bandera boricua
con
su azul gríngolalizado
y
me pongo la de Palestina,
aunque
me critiquen
los
intelectuales
por
usar la misma palabra
cuatro
veces,
a
ver si así lo entienden.
Esa
es mi rebeldía
al
menos por esta noche.
Palestina.
Resiste.
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