Cuando tenía 12 años
quería lucirme con mi memoria.
Tome una libreta vieja
que mi propia vieja
re escribió a mano.
Eran sus poemas favoritos
de toda una vida,
que nos pre- existía.
No a todos los comprendía
pero gracias a Dios
que exista Buesa,
“pasaras por mi vida
sin saber que pasaste”
o “puedo escribir los versos
más tristes esta noche”
de Neruda.
Ame la poesía,
ame
mi familia,
todos decíamos poemas
en noches de fiesta,
o en días de huracanes.
Se que esa libreta
será un amuleto
para futuras generaciones,
y tal vez vea al Garras
convertirse en Benedetti,
a Mía, diciendo
“hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón”
y quizás un día
Urayoan sea Garrik,
y Luna la Muñeca.
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