Si el tiempo y espacio
me lo permitieran
deshojaría cada pétalo
de tu cabello,
lo enredaría en mis manos
como quien enrolla el trompo
para lanzarse de pecho
a las aguas de la lujuria.
Si el tiempo y las responsabilidades
me lo permitieran
pasaría noches comiéndote las dudas,
las vergüenzas y los complejos
para digerirlas entre el laberinto
que filtra mi estomago
para entregarte una mujer
nueva sin miedos.
Si el tiempo y las promesas
que ya hice me lo permitieran
no desviaría tu mirada
cuando se pone intensa,
me entregaría como asistente del mago
para que me desaparecieras
del tiempo y espacio
llevandome a ese lugar secreto
donde los conejos saltan
y las palomas vuelan,
antes de salir del sombrero.
Si el tiempo y la sociedad
me lo permitieran
pero tienen esa mala de costumbre
de prohibirnos
lo que podría hacernos felices,
gratis.
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