Hay momentos
en los que por fin
me encuentro solo.
Prendo la música
y me siento con audífonos
frente a una papel en blanco.
La palabras me surgen
como si jamiara
con mi teclado,
casi orgánico.
Dicen que la musa llega
pero te tiene que encontrar
trabajando,
a mí me encuentra
con taza de café en mano
y parafernalia cerca.
Es cosa de sentirme relajado,
entonces
como quien no quiere la cosa
llego a querer decir algo,
puede que no sea
la idea más brillante,
o que al rato
me descubra llorando,
pero es mi momento
y a veces lo comparto.
Lo posteo en Facebook
como si fuera música
de fondo
en el lobby de un hotel.
Si le prestan atención
no es lo más importante.
Es hacer la paz
con el ritmo
y mis ideas,
que no siempre se llevan.
en los que por fin
me encuentro solo.
Prendo la música
y me siento con audífonos
frente a una papel en blanco.
La palabras me surgen
como si jamiara
con mi teclado,
casi orgánico.
Dicen que la musa llega
pero te tiene que encontrar
trabajando,
a mí me encuentra
con taza de café en mano
y parafernalia cerca.
Es cosa de sentirme relajado,
entonces
como quien no quiere la cosa
llego a querer decir algo,
puede que no sea
la idea más brillante,
o que al rato
me descubra llorando,
pero es mi momento
y a veces lo comparto.
Lo posteo en Facebook
como si fuera música
de fondo
en el lobby de un hotel.
Si le prestan atención
no es lo más importante.
Es hacer la paz
con el ritmo
y mis ideas,
que no siempre se llevan.
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