Puerto Rico está saliendo de una era oscurantista en su historia y su arte. Ya esto es una redundancia pues el arte ES la evolución misma.
El arte es la recreación poética de lo ordinario. La poesía, término generalmente reservado para los poemas, es la estética y/o pulidez de cualquier concepto. Digamos un gran "surfer," quizás el mejor, entiende que su dominio no está en la tabla, más bien en cómo se comunica con la ola. Este es un artista del surf, es un poeta. Es así como la poesía no es más que ese Primer Gran Arte que fue el escribir con estética. El entender que el dominio no está en la palabra que se usa, sino en cómo se comunica el sentimiento de lo expresado; tal como si el mensaje fuera una ola en el mar de la lengua hablada. No todos los poemas son poesía, igual que no todo lo que es poesía es un poema.
La era del oscurantismo data de los años 500 al 1000 D. C. Se le llama así al momento en que la Iglesia dominó todos los campos evolutivos en Europa. Todos! Medicina, ciencia, política, educación, arte e historia. Obvio que todo colapso, 500 años en retroceso.
Todo lo que puede definir una especie civilizada, se estanca. Es el arte la ventana a la creatividad. Creatividad se define como el arte de resolver problemas. Si no hay arte, no hay inspiración. Se vive en un mundo gris, donde levantar la cabeza no vale la pena. Sin arte, el científico no busca, el maestro no enseña ni el historiador relata. Esto está probado: cuando se apaga la luz del arte, la ciudad está a oscuras.
Nuestra isla, un país sin definición, miles de años más joven que esta Antigua Europa sufre de este mal anticuado. Por las mismas razones, la Iglesia. Nuestra cultura, fuertemente aferrada a la religión Cristiana, ha impuesto unos códigos morales a nuestras posturas y pretende justificar nuestras barbaridades. Por ejemplo; crímenes de odio, iglesias exentas de impuestos, pedofilia y abuso de niños, cruzadas, guerras religiosas, denegación de derechos a amores del mismo sexo, discriminación al diferente, y corrupción en el gobierno haciéndole una guerra a las drogas, donde el héroe y el villano es la misma persona. Intenta disfrazar nuestros más perversos instintos y acomodarlos a la privacidad de nuestras casas. Todos tenemos un monstruo interior y es mejor esconderlo.
En aquel entonces, ya el arte en si una rebeldía. Nuestros antepasados, artistas latinos solo podían expresar temas bíblicos. Canciones religiosas, pinturas religiosas, teatro religioso; en fin, sexo religioso. Estos, al aburrirse del contenido, terminaban creando sus propias versiones, propuestas artísticas religiosas que los más creyentes catalogaron como sátiras y blasfemias. Algunos probaron el castigo, el destierro o el fuego. En las más aristocráticas actividades, les prohibían la entrada a los actores, prostitutas y esclavos.
Esto lleva atacando el movimiento artístico desde hace siglos. Aquí mismo en Puerto Rico, cuando yo era niño (ayer casi) ya estaba acostumbrado al mismo comentario cuando decía que quería ser actor: "todos terminan patos y las actoras putas." Si, "actoras" decían. Yo, aferrado al machismo sin saberlo, aún criado entre las mentes más humanistas que conozco, contestaba "Mejor, menos competencia.
Entiendo el problema, porque fui parte de el, (aun lo soy... también sin darme cuenta, estoy trabajando en eso). Supere al miedo a que me moriría de hambre y a que esa no era una profesión decente. Me dediqué al arte, aun sabiendo que, en mi país, el arte es considerado un "frosting." Un "frosting!" Ese término lo conocí por una directora de escuela que que se refirió a mi clase de teatro que ofrecía para estudiantes de escuela superior.
Todos tenemos culpa en este concierto oscuro. Los mismos artistas nos fuimos alejando de la perspectiva social y comunal. De diferentes maneras. Dejando que nuestra moral cristiana (que permite el discrimen) provocara otra pelea entre los mismos artistas. Criticándose y hundiéndose, como pequeños náufragos que tratan de mantenerse a flote sobre el cuerpo muerto del otro.
Enumerare lo que para mi entender, son las tres mea culpas más grandes que sufre el artista por la caída de la industria poética. Ya habiendo dejado claro, que no todo lo que es arte es poético, pero todo lo que es poético, es arte.
Los aceptados por los oscurantistas, los comerciales - Fueron bienvenidos en sus grandes salones, fueron divinizados por los líderes, a cambio de no llevar mensajes que alertara, para poder darle el gusto a la masa pueblerina. Un pueblo entretenido, piensa menos.
Los ermitaños - se refugiaron en el arte experimental. Llevando su arte a rincones irreconocibles para la memoria y la razón humana. "No te gusta porque no entiendes. "No tienes que entender sino sentir." "No sientes porque no entiendes". Sigue una rutina de no por esto y no por lo otro, que logra la pérdida del interés de la audiencia.
Y la tercera gran culpa, es la competencia, individual o generacional - Este es el resultado del oscurantismo. Es la guerra por lo poco que queda, sobre todo en una isla tan pequeña con tanto" juey macho." Y como cuando digo macho, no digo hombre, cambio de refrán a mucho cacique en un mismo yucayeque. Es tan difícil vivir de esto, y tener algo de poder, que quien lo tiene, lo derrocha tratando de conservarlo. En consecuencia, una batalla generacional, donde los jóvenes tienen que tumbar a los viejos para poder vivir del sueño.
Ahora bien, la tecnología a favor de la nueva ola ha roto radicalmente cualquier muro de contención a la información. La experiencia no la da, la vida, la da la búsqueda. La Iglesia ya no controla nuestra educación, por eso protestan frente al Capitolio. Por eso se mueve desesperada para entrar a la política y engaña a sus seguidores en la convocatoria. Los pobres diablos, que guardan el poder en sus urbanizaciones privada, se muerden de remordimiento al ver que no tratamos de arrebatarselo. Nosotros no queremos el dinero, queremos el crédito. El trueque, el intercambio, las oportunidades, los viajes, los hijos, y vivir como si no hubiera mañana. Porque no lo hay.
No necesitamos que nos confirmen que el planeta está enfermo, ya lo sabemos. No necesitamos que nos digan que el gran imperio está en bancarrota, ya lo sabemos. No necesitamos que nos digan que en los países donde ya son legales las drogas hay muchisisisimos menos asesinatos, ya lo sabemos.
No necesitamos que nos digan que China es el verdadero dueño, ya lo sabemos. No necesitamos que nos digan que Jesucristo es la personificación de cómo se ve el Sol desde nuestra perspectiva, porque ya lo sa-be-mos.
Ya sabemos que la mayoría no sabe nada. Y que a muchos ni les interesa. Pero igualmente el oscurantismo se cae a cuentagotas, el mundo está jodido, miles están sufriendo y es el arte el dedo en la llaga. El cine independiente, la fotografía en las redes sociales, la literatura blogs, la radio podcast, y las revistas cibernéticas andan poniendo spotlight a las grandes mentiras de la historia con su creatividad, y la creatividad es la evolución misma.
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