El prisionero
no es parte del sistema
por eso lo caro
de su mantengo.
Todos estamos presos,
algunos con lujos,
otros con muros
con paisajes proyectados.
Nadie es libre
por completo.
Al nacer
te dan tu numero
de encierro.
Empieza la pesadilla
de no entender nada
porque nada es cierto.
Estamos preso
de eso no hay duda,
la visa es ese pase
de salida,
la felicidad el saber
conformarse,
la depresión es un mal
de la conducta civilizada.
De respirar basura
y creer en cuentos de urnas,
mas confesiones que garantizan
un apartamento en el cielo.
No nos ataquemos
entre los reos
sobre quien protesta mas
o quien otorga
cuando calla.
Nadie esta exento
del ojo de la penitenciaría.
Algunos cubren su rol,
como los guardias
como las hormigas soldadas
se sienten mas grandes
por cabezonas.
Con gringolas subjetivas.
Hipnotizadas,
con el plan dental,
el plan de retiro
y el cheque que llega
cuando le da la gana
después de cobrar
sus intereses.
El sistema del que
nos creemos parte,
no es cierto.
El sistema no eres tu,
aunque así te lo proyecte
los monitores de tu cárcel.
Trata de salir,
de beber agua de lluvia,
de vivir tus reglas,
de aceptar las evidencias
que te ofrece la ciencia.
A ver si te dejan,
o llega una camisa de botones
con un buenos días
a cortarte las alas.
A recordarte que estas preso,
que la libertad
es una ilusión óptica
y es mejor no mirarla
demasiado
para no darse cuenta.
Es hora del almuerzo
la aplicación del régimen
me anuncia
que me quedan
200 calorías.
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