Aun no sabía
leer ni
escribir
cuando mi brújula
se rompió.
El norte
se tornó
borroso
así que
pase
a caminar
en círculos.
Es muy fácil
perderse
cuando tu brújula
no sirve,
hasta que
paso
a caída
de levantarse
a afianzarse
los puntos
cardinales
dejan
de ser
importantes.
El este parecía
rebelde
el oeste
republicano
y el sur,
un estado
olvidado,
sin brújula
solo
reconoces
los estados
de ánimo.
Se camina
improvisando,
a veces
me detuve
por años
donde me
sintiera
más seguro,
a veces
solo corría
sin mirar
para los
lados,
ahí era
donde venían
los
cantazos.
Después
de 3 décadas
el norte
me encontró.
Busque
mi brújula rota
por
instinto,
había olvidado
que aun la tenía,
para mi
sorpresa
marcaba el
norte.
Estuve a
punto
de
abrazarlo
cuando recordé
las
extraviadas,
las lágrimas
que desperdicie
y sigo
desperdiciando.
Entonces
la brújula
se hizo
arena
en mis
manos.
Allí
seguía el
norte
esperando.
No se
porque lo
hice,
pero le di
la espalda
al norte
para seguir
caminando
en círculo.
Comentarios
Publicar un comentario