Este país
todos los días
se lleva algo nuevo
de mí.
Me lo arranca
de mala manera,
me deja
el sabor amargo
del cansancio
por lo que lucho
y me lo bajo a secas.
Este país y este pueblo
al que aterrorizo
me mata todas las mañanas,
como una turba eufórica
que pretende quemar mi casa.
Vienen con elogios algunos,
abrazos hipócritas
y promesas maliciosas
que se presentan como carnada.
Hablan de mis virtudes
como quien habla de puntos débiles
para vencerme.
Por más que trato
de cambiar el camino
siempre termino
nadando contra la corriente.
Y es que,
en este país
eres el enemigo
cuando haces lo que haces
con una pasión desmesurada.
Y es que,
en este país
todos pretenden conformarse
con lo poco que hacen
para esconderse en la excusa
de que aquí cualquier cosa
es muy difícil.
Entonces,
llega el loco,
dando el todo
por el todo,
algarete…
arrancado la grama
cada vez que toma impulso,
y en vez de este publico
compartir la gloria isleña
por lo largo del brinco,
se quejan
porque les cayo tierra
en la ropa.
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