Es hora
de dejarlo atrás.
Aceptarlo como
las malditas cosas
que pasan en este mundo
de psicología enferma.
No hacen falta
las disculpas.
Cada cual con sus razones,
de mas esta discutirlas.
Sanemos,
volvamos a ser
los de antes.
Las etapas transitorias
siempre son dolorosas.
No es cosa nuestra,
así trabajan las cabezas.
Cuando con todas
las improbabilidades
nos las arreglamos
para volver a juntarnos
es hora de soltar los corazones
y dejar que ellos sean los que ladren.
Los que se huelan las almas
debajo de los rabos.
Nosotros,
concentrémonos en ser
los de antes.
Tantas canciones,
tanta poesía,
tantas babas compartidas
en una misma botella.
Tantas patiadas,
tantos planes
para una mejor patria,
Aquello también paso,
pelo la balanza con su gesto cínico,
muestra mas sonrisas
que lagrimas.
Me niego a perderlo todo
en aquel fuego intenso.
No de nuevo.
Bruto es el que comete
el mismo error dos veces,
Ahora miro con los ojos
de quien perdona
y a su vez,
sin palabras perdón pide.
Seamos amigos,
dejemos las pendejaces.
A romper el hielo,
a tirar doradas
en la nevera de playa.
Enrolame una de Drexler,
y volvamos a ser los de antes.
de dejarlo atrás.
Aceptarlo como
las malditas cosas
que pasan en este mundo
de psicología enferma.
No hacen falta
las disculpas.
Cada cual con sus razones,
de mas esta discutirlas.
Sanemos,
volvamos a ser
los de antes.
Las etapas transitorias
siempre son dolorosas.
No es cosa nuestra,
así trabajan las cabezas.
Cuando con todas
las improbabilidades
nos las arreglamos
para volver a juntarnos
es hora de soltar los corazones
y dejar que ellos sean los que ladren.
Los que se huelan las almas
debajo de los rabos.
Nosotros,
concentrémonos en ser
los de antes.
Tantas canciones,
tanta poesía,
tantas babas compartidas
en una misma botella.
Tantas patiadas,
tantos planes
para una mejor patria,
Aquello también paso,
pelo la balanza con su gesto cínico,
muestra mas sonrisas
que lagrimas.
Me niego a perderlo todo
en aquel fuego intenso.
No de nuevo.
Bruto es el que comete
el mismo error dos veces,
Ahora miro con los ojos
de quien perdona
y a su vez,
sin palabras perdón pide.
Seamos amigos,
dejemos las pendejaces.
A romper el hielo,
a tirar doradas
en la nevera de playa.
Enrolame una de Drexler,
y volvamos a ser los de antes.
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