Dijimos tantas veces que se joda
que lo jodimos.
Que hasta el puertorriqueño
se llama mexicano así mismo.
Nos burlamos tantas veces
que ya no es gracioso.
Ya es rutina cotidiana
está la de seguir al más idiota.
Y es que lo anticipamos tanto,
que lo aceleramos.
Cada uno se puso la etiqueta
combinando ideas huecas.
Hace muchos años,
pensaba que eso de madurar
pasaba por arte de
magia.
Un día me levantaría de la cama,
con menos erección
y más filosofías.
Resulta que es a la inversa.
Hace unos años
me llamaban de Estados Unidos
-Las cosas están malas en la isla-
Me decían…
-venta para acá- me decían…
Resulta que ahora es a la inversa.
Antes personajes idiotas llenaban los teatros,
ahora los llenan verdaderos idiotas,
y gobiernan colonias
y presiden imperio.
Varios intelectuales lanzamos improperios,
los jóvenes acampan,
los que no tienen a donde ir
después del jangueo
se meten en la carpa,
los guerreros están hasta las narices
dentro del contrabando
y la masa se corta las venas
como una canción de los 50.
Nos hicieron creer que Cristo
había resucitado,
resulta que es ahora
que lo estamos matando.
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