¡Ja!
Puedo con esto.
Claro que puedo.
Ave María,
tú,
sólo mirame.
Soy boricua,
eso debería
decirte algo.
Lo llevo
chamboneandome el espíritu
en mis batatas de pobre,
hombros sobrevivientes
y lengua de pregonero.
A tomar el Josco
por los cuernos
sentarlo sobre sus cojones
para gritarle
"tu puedes cabron,
puedes porque puedo."
¡Podemos!
Ser boricuas
es igual a poder.
Vamos a darle la vuelta
á la tortilla
con un piquete terrible.
Quedarán con ojos
de tontos
cuando nos vean sonrientes,
caciques del mejor clima
del planeta.
No habrá quien nos soporte
después de esta.
Hazme un favor
y no me creas.
El placer será doble
cuando por fín
te nos unas
a bailar ésta salsa
como sólo
se cocina en casa.
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