Los últimos 7 años,
han sido 20.
Un nómada sin pasaporte
ha encontrado otros mundos,
aveces en el mismo barrio.
Se ha adaptado a diferentes regímenes
escondiendo su anarquía
ante los más déspotas.
Siempre lo agarran,
siempre cumple su condena
y su suicidio no lo encuentra.
Ha sabido como volver
con la disculpa entre las patas
aunque no halla sido su culpa.
A la gente, les encanta poder perdonar.
Osea, tener la oportunidad de perdonar,
y disfrutarse hasta la médula osea
el reservarse el privilegio.
Los últimos 5 años
han sido 20.
Se envejece con fuerza,
con el salitre de lagrimas marcadas.
Y si le preguntan,
dira que estas lágrimas no son suyas.
Y si lo ven magullado,
dirá que ojalá hubieras visto al otro.
Aunque el otro no pueda verse.
A la gente les encanta las palabras vanas.
Osea, tener la oportunidad de continuar
sus tardes sin preocupaciones ajenas,
sin penas extranjeras.
Los últimos 5 años,
han sido 20.
La diaspora llega del espacio
20 años más joven. Diciéndonos
como les gusta romantizar al puertorriqueño.
Nadie sabe lo que hay en la olla,
menos si usas un lavaplatos.
A la gente les encanta los poetas hambrientos.
Osea, darse la oportunidad de adoptar
un callejero, si uno es joven
y tiene los ojos bien abiertos.
Los últimos 5 años
han pasado 4 veces.
Y el desahucio
aun no nos ha encontrado.
Cuando era un nene chiquito mi mama cantaba una canción que decía algo así como, que una mama no se cansa de esperar. Una madre no se cansa de esperar. ¿Esperar que? No lo entendía en ese momento. Hace 5 o 8 años, quizás 10, fui a casa de mi abuelita Gloria. A comer, a bañarme en su ducha de agua súper caliente y a empolvarme con su talco dentro de una media. Cuando salí, del baño ya olía a pollo guisado y arroz con salchicha, antes de servirme en la mesa, (porque así es como se come en su casa. Uno se sienta derechito en la mesa, y ella poco a poco te va llenando la mesa con manjares criollos) me arrastro al segundo cuarto de la casa y me mostro que tenía una cama grande en el. Me gusto la cama, le dije que se veía bonito, y me distraje un poco pensando en cómo crio ella a dos hijos varones, y una linda muchachita en una casa de dos cuartos. Entonces fui a la mesa a disfrutar, a masajear mi paladar, a recibir besos de Dios en el estomago, y le dije algo como, "oye una cama ...
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